lunes, 6 de febrero de 2012

¿destino o suerte?

Muchas veces nos hemos encontrado con situaciones lógicamente inexplicables, sobrenaturales por llamarlo de algún modo.
Pensar en una persona que no vemos hace mucho, y que dentro de los proximos tres días reaparezca físicamente, con un llamado, o simplemente un mensaje.
Desear con locura algo que consideramos imposible, y que tras semanas se dé absoluta y completamente de la nada.
Imaginarse en un lugar, soñar despiertos, escaparnos de la realidad (buena o mala) que nos rodea, por dos minutos, y decir "nadie va a pensar como yo" . Y al tiempo conocer a alguien que imagino lo mismo, y que tiene el mismo rumbo.

Es en estos casos cuando nos preguntamos si fue suerte, azar o simplemente el curso del destino que nos guía a hacer cosas para desencadenar en otras.
Sin embargo, darle la explicación azarezca a dos personas que se conocen y piensan igual no les va a ser suficiente, y ahí se va a empezar a hablar exclusivamente de destino. Estaba escrito que esas dos personas ( o más!) se iban a encontrar en determinado momento y circunstancias para ampliar su espectro intelectivo, emocional y experimental.
Un caso en el que podemos asignar azar fácilmente es en el de, entre muchisimas personas en un recital, encontrarse a alguien que buscabamos (o no). Pero, no sería también parte del destino que nos unió cual iman al sector donde se encontraba ese alguien, quizás para saludarlo solamente como para compartir el show también? o para ver como está aquél que no queremos ver?
Desde mi humilde postura, no creo en la suerte. Yo creo en el destino, y que el curso del río se da en determinada dirección porque así debería ser. En ése curso nos golpearemos con piedas, como sentiremos un empujón al encontrarnos con otros ríos durante determinada parte del recorrido.


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